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Venerable Alfonso Gallegos: alegre y cercano

La figura del obispo agustino recoleto Mons. Alfonso Gallegos continúa siendo recordada más de 25 años después de su muerte. El proceso de canonización continúa abierto y los favores concedidos gracias a su intercesión se siguen produciendo. Lo cuenta en este artículo el agustino recoleto Elíseo González

Han pasado doce años desde que se abrió el proceso de canonización de Mons. Alfonso Gallegos, el 5 de diciembre 2005. Nos alegra que el Papa Francisco el pasado 8 de julio 2016 firmó un decreto proclamando a Mons. Gallegos, “Venerable,” por haber practicado las virtudes de una manera heroica.

Para celebrar la proclamación de Mons. Alfonso como “Venerable”, y promover su fama de santidad donde él sirvió, en la catedral del Santísimo Sacramento en Sacramento, California, se celebró una misa en acción de gracias el 19 de noviembre 2016, presidida por Mons. Jaime Soto. Asistieron varios obispos,  miembros de la familia Gallegos, religiosos Agustinos Recoletos, religiosas Agustinas Recoletas y cientos de fieles. A los pocos meses se celebró otra Eucaristía en la Archidiócesis de Los Ángeles, en la iglesia María Estrella del Mar, el 24 de junio 2017, presidida por Mons. José Gómez. Estuvieron presentes nuevamente la familia Gallegos, religiosos/as de la familia Agustiniana y seis cientos fieles venidos de parroquias vecinas. Al final de la Santa Misa se bendijo una estatua de bronce del Obispo Gallegos en Saint Augustine Priory, para dar por concluido dicho acontecimiento histórico.

Alfonso Gallegos nació en Albuquerque, Nuevo México el 20 de febrero 1931. Sus padres José y Caciana Gallegos eran unos católicos muy piadosos que transmitieron la fe a sus once hijos.  Desde niño Alfonso padecía problemas con su vista, miopía. Pero eso nunca impidió  su deseo de ser sacerdote. Desde muy joven sintió el llamado de seguir a Jesucristo más de cercas. Hizo votos religiosos en la Orden de Agustinos Recoletos en 1954, Kansas City, Kansas. Fue ordenado sacerdote en Suffern, Nueva York, el 24 de mayo 1958. Siendo sacerdote sirvió como párroco en las iglesias de San Miguel, Cristo Rey en Los Ángeles. En 1979 fue nombrado el primer Director de los Asuntos Hispanos en el estado de California y consagrado Obispo Auxiliar de Sacramento, California, el 4 de noviembre 1981, donde sirvió al pueblo de Dios hasta su trágica muerte en un accidente automovilístico el 6 de octubre 1991.

Pastor de todos

Mons. Gallegos se caracterizó por su atención paciente a todos si distinción alguna, fuera clase social, raza o religión. Tuvo un amor especial hacia los pobres, los inmigrantes, los jóvenes, los enfermos y un gran defensor de los no nacidos. El trajo mucha alegría y amor a todas las personas que cruzaron su camino, viviendo el mandato de Jesucristo, “ámense unos a los otros,” ya que este fue su lema episcopal.

Los testigos para la causa de canonización de Mons. Alfonso dicen sobre sus virtudes: “El hacía a las personas sentirse importantes y bienvenidas.” Mons. David Arias, OAR; “Su mayor contribución fue estar siempre dispuesto ayudar a cualquier persona.” Rev. John Gruben, OAR. La hermana del Obispo Gallegos Senaida Gallegos Kane nos dijo: “Su gran cualidad fue su atención humilde a todos especialmente a los niños, los jóvenes y los ancianos.” Rev. Salvador Gómez, LC, dijo: “Era un obispo muy cercano, era como un padre para todos. Vivía muy cercano de todos, se hacía querer por las personas mayores, por los jóvenes, por los pobres, por los que no tienen casa (homeless). Para todos tenía una palabra. Para todos tenía un espacio de tiempo. Una de las cosas que más he oído de él es que siempre estaba disponible y servicial y con plena y absoluta alegría, siempre.”

Entre su pueblo

Mons. Gallegos siempre hizo tiempo para los demás. Una de sus prioridades fue estar con  su pueblo, visitando sus hogares regularmente, visitando los campos migrantes, viajando cuatro horas de camino para visitar un enfermo o celebrar la Eucaristía. Para él era muy importante estar con sus ovejas y oler a oveja como nos dice el Papa Francisco. La religiosa Luz María Chaidez, HRF, que lo conoció personalmente declaro: “La Diócesis de Sacramento es muy extensa y algunas parroquias están lejos como a cinco horas de distancia de Sacramento. Nos pedía que lo acompañáramos para visitar esas parroquias pues decía: ‘Pobre gente no tienen sacerdote de habla Hispana y están pidiendo la visita de alguien que les de atención espiritual, vamos a celebrar la Novena de la Virgen de Guadalupe con ellos’.  Y  nosotras lo acompañábamos.

En lo que me daba cuenta, él trabajaba incansablemente con la gente que acudía a él. No mostraba cansancio, al contrario siempre yo lo observaba alegre, optimista y con mucho entusiasmo con todos sin distinción de raza, lengua, color y posición. Me tocó acompañarlo varias veces a los campos emigrantes; con los niños, jóvenes y adultos se mostraba muy cariñoso, siempre sonriente. Visitaba las familias en las casitas de campo y los animaba a acercarse a la Iglesia y a practicar su religión por medio de los Sacramentos.”

Peregrinaciones a su tumba

Su cercanía se sigue sintiendo entre los fieles que acuden a su intercesión. El 27 de marzo 2010 fue exhumado su cuerpo del cementerio Saint Mary’s y trasladado al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe en Sacramento, donde descansan sus restos mortales. Desde entonces son muchas las personas que han visitado su tumba. Se organizan peregrinaciones regularmente de diferentes parroquias, hasta seis horas de distancia. Los fieles viajan en autobús a visitar su tumba y su estatua en el centro de la capital de California. Muchos peregrinos van a dar gracias por favores recibidos o a pedir su intercesión.

Favores recibidos

Aún se necesitan dos milagros comprobados científicamente por su intercesión para que sea canonizado, pero son muchísimos los favores recibidos: casos de inmigración que se han resulto, curaciones de cáncer, conversiones. Aquí les compartimos algunos. Yesenia Tolentino de Santa Ana, California, dice: “Mi esposo tenía pendiente un caso de inmigración desde 2011, lo iban a deportar. Fuimos a corte en noviembre 2013, le coloque la estampita de Mons. Gallegos en su pantalón. Cuando entró la juez y llamó a mi esposo nos dijo un poco confundida que no sabía que había pasado, se había perdido el expediente de mi esposo. Se pospuso la corte al no encontrar los documentos. Fuimos nuevamente a corte el 4 de abril 2014 donde la juez le dijo a mi esposo, ‘bajo las leyes de California esta corte ha decidido que eres elegible para quedarte permanentemente en este país’ Yo ahora soy muy devota del Obispo Gallegos por este favor concedido.” Guillermina Miranda de Santa Ana, California: “Yo tenía un tumor canceroso en mi pecho. Le rece al Obispo Gallegos y me pasaba su estampita sobre mi tumor, ya que me iban  operar mi pecho. El tumor desapareció sin necesitar operación o quimioterapia.” Evangelina Muñoz de Santa Ana, California: “Mi hija tenía cinco años que no venía a misa, desde que se fue a la universidad. Ahora mi hija viene a misa, se confiesa y comulga, gracias a la intercesión de Alfonso Gallegos.”

Mary H. Sherburne de Nueva York nos escribió para contarnos que en una ocasión al bajarse de su carro el obispo Gallegos, cuando fue a celebrar una misa de confirmación de varios jóvenes, ella vio dos palomas descender sobre Mons. Gallegos y luego desaparecerse. Ella se quedó admirada y sorprendida al ver esto. Comenzó la Eucaristía en la cual ella estuvo presente y se dio cuenta que el hombre sobre el cual vio descender las palomas era el Obispo Gallegos. Con lágrimas en sus ojos y llena de emoción pensó inmediatamente que este hombre tenía que ser alguien muy especial. Al concluir la Eucaristía, Mary se acercó al Obispo Gallegos y le comentó lo que había visto antes de la misa, a lo cual él respondió sonriendo, “Le dije a esas palomas que se quedaran en el carro.”

Quizás esto sea una simple anécdota de dos palomas que aparecieron misteriosamente o quizás revele lo que muchas personas dicen del Venerable Alfonso Gallegos: “Fue una persona muy especial, un ser humano lleno de amor, del amor que se alimentaba de la palabra de Dios, piedad Eucarística y devoción Mariana. Un hombre alegre y cercano a su pueblo, un Santo.”

Eliseo González – agustino recoleto

Artículo publicado en el Anuario de Agustinos Recoletos 2017