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«Hoy también estamos llamados a responder a los retos de nuestra sociedad»

En la festividad del 430º aniversario de la Recolección agustiniana, el Prior general pidió fijarse en el ejemplo de los hermanos agustinos recoletos para mirar con esperanza al futuro. «Recordar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza. No solo una historia que contar, una historia que construir»

430 años después, la Recolección agustiniana sigue teniendo la misma misión en la Iglesia y en el mundo. Es el mensaje que quiso transmitir el Prior general, Miguel Miró, en la eucaristía del 430º aniversario de la Recolección en Madrid (España). Junto a una cincuentena de sacerdotes agustinos recoletos, Miró presidió la celebración en la Parroquia Santa Rita ante un centenar de miembros de la familia agustino recoleta.

El General de la Orden de Agustinos Recoletos comenzó su homilía retrotrayéndose a 1588, en el Capítulo que dio inicio a la Recolección. «No querían poner obstáculos al Espíritu Santo y dieron cauce a los deseos de una vida más evangélica que brotaba en las comunidades», dijo. Haciendo memoria, Miró agradeció a Dios «la gracia» de estos cuatro siglos.

A todos los religiosos dirigió un mensaje claro: «Al recordar el origen y la historia de la Orden, no podemos quedemos en los acontecimientos humanos, abramos el corazón la acción de Dios que sale a nuestro encuentro en Cristo y que sigue actuando por su Espíritu en nuestros corazones».

Miguel Miró recordó el pasado aunque pidió mirar al presente y «abrazar el futuro con renovada esperanza». «No podemos quedarnos en recordar el pasado», indicó. Los Agustinos Recoletos tienen en 2018 la misma misión que en 1588. «Hoy también nosotros estamos llamados a ser “dóciles a la acción del Espíritu Santo” y a responder a los retos de nuestra sociedad, de nuestro mundo, de nuestro tiempo», afirmó. «Recordar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza. No solo una historia que contar, una historia que construir», refiriéndose al proceso de revitalización en el que está inmerso la Orden de Agustinos Recoletos.

El Prior general también hizo mención a los testimonios de santidad de los agustinos recoletos que vivieron intensamente su vocación, «que supieron anteponer lo común a lo propio, no lo propio a lo común, y amar hasta dar la propia vida». Entre ellos, recordó a los beatos Pedro, Agustín y Lorenzo -sobre los que posteriormente se habló en la presentación de los nuevos libros del agustino recoleto Pablo Panedas- Francisco de Jesús y Vicente de san Antonio, Martín de san Nicolás y Melchor de san Agustín, Santa Magdalena de Nagasaki, los mártires de Motril o la hermana Cleusa, misionera agustina recoleta. «Religiosos y religiosas admirables que hemos conocido, pensemos en aquellos que han suscitado deseos de amar y servir con humildad en nuestro corazón», dijo.

Por último, Miró pidió perdón «por los pecados, por desvirtuar la espiritualidad con nuestros personalismos y afanes de grandezas y de poder». Ser agustino recoleto, afirmó, «es una oportunidad en estos tiempos difíciles. «Somos peregrinos que vamos hacia la casa del Padre; lo que queda es el amor y el bien que hayamos hecho», concluyó.