Actualidad

La familia del presidente mexicano celebra la Navidad con los beneficiarios del CARDI agustino recoleto

A las 12:00 horas en punto, mientras la mayoría de los cristianos católicos están en las compras de último momento, doña Margarita, María, Luis Felipe y Juan Pablo arribaron a las instalaciones del CARDI, para servir los alimentos y acompañar a comer a los familiares de personas internas en los hospitales General, Siglo XXI y Federico Gómez, junto con el equipo de voluntarios del CARDI y los frailes agustinos recoletos.

Fray Javier Acero, presidente del CARDI y prior de la comunidad de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de los Hospitales, los recibió a la entrada y les condujo al salón, donde Lalo Carballido, coordinador general de servicios CARDI, comenzaba ya con las dinámicas de interacción entre voluntarios y beneficiarios. Doña Margarita y sus hijos se integraron de inmediato a la actividad del momento; participaron en la presentación inicial, dando su nombre y presentándose como voluntarios. En seguida, Lalo propuso al grupo, de unas 50 personas, organizarse en pares para escucharse mutuamente sobre cómo les fue este año y qué desean para el próximo. El último ejercicio consistió en tocarse las manos unos a otros y hacerse sentir aceptados y valorados. Como en cada dinámica se cambiaba de pareja, doña Margarita y sus hijos, al igual que todos los presentes, tuvieron la oportunidad de compartir en directo con tres personas diferentes cada uno.

Voluntarios

Destaca la sencillez y amabilidad de la familia de don Felipe Calderón Hinojosa, presidente de la nación. A doña Margarita se la reconoce como una mujer sobria, prudente, generosa y brillante. Al pasar al comedor, ella y sus hijos se dispusieron de inmediato a servir los platos de sopa de fideos, pollo y arroz, acompañados de las típicas tortillas de maíz. También hubo pastel y café. Ella y sus hijos estuvieron prestos a atender a las personas que sólo en CARDI encuentran el apoyo necesario para conservar la salud y cuidar a sus enfermos. Al término de la comida, Margarita Zavala tomó nota de todas las solicitudes de ayuda que recibió de parte de algunas personas que se le acercaron. En ningún momento se la sintió agobiada en la atención que prestó a la gente; todo lo contario, se la veía empática, asertiva y servicial.

Los hijos de Margarita también ayudaron a repartir los juguetes que el CARDI tenía preparados para obsequiar a los comensales que en su mayoría son padres de familia, con algún hijo enfermo e interno en uno de los tres hospitales.

Testimonios

Entre las personas que dieron su testimonio, están Esperanza Cisneros, procedente de Naucalpan, estado de México, quien lleva dos años con su hijita interna. Lucía Pascual Martínez, de Pachuca, con siete meses de hospitalización. Arturo Ventura, de Michoacán, enfermo de cáncer. Y Belén, también de Michoacán, quien tiene a su bebé interno desde hace un mes. Su marido trajo a los tres hijos sanos a pasar la Navidad con su madre, en CARDI y en un albergue de la Ciudad, mientras él cuidaba al bebé durante la Nochebuena.

Todos estos casos son de personas en extrema pobreza, sin empleo por los meses de hospitalización, con faltantes de medicamentos, sin alimentos, sin recursos para las cuotas de recuperación de los hospitales y el pago de salida,y sin orientación en el proceso de recuperación. De todo ello se enteró doña Margarita Zavala, que ofreció ayuda con serenidad y confianza. Al terminar su visita agradeció a los frailes agustinos recoletos “por esta obra, y por la oportunidad que nos dan a todos de aliviar lo más posible en la adversidad y darle sentido de vida”