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La Iglesia de Madrid reconoce oficialmente la capellanía china de los agustinos recoletos

Los agustinos recoletos abrieron sus puertas a la comunidad del lejano oriente el 25 de septiembre de 2007. Dos sacerdotes recoletos de origen chino, Juan María Guo y José Yan, comenzaron a mover la pastoral con sus paisanos hace casi cinco años. Al principio su intención era ayudarles, con la celebración de la eucaristía y los sacramentos, a vivir su fe de un modo real, pues hasta entonces acudían a sus respectivas parroquias y, como no entendían el idioma, les resultaba imposible. Después se dieron cuenta de que era necesario organizar cursos de español para que los más de 300 católicos chinos de Madrid pudieran ir abriéndose camino en la sociedad española. “Muchos de nuestros paisanos no tenían oportunidad y tiempo para estudiar el español”, explica Juan María Guo. “Como casi no hablan español, cuando van a hacer un papel o un documento, cuando van a ver al médico, etcétera, todo son dificultades, y nosotros queremos ayudarles en todo lo que necesitan. Esto es posible porque dedicamos nuestro tiempo”, asegura José Yan.

A partir del 11 de octubre esta capellanía, de acuerdo en lo establecido en el artículo 5 de la Instrucción para la atención pastoral de los inmigrantes en las diócesis de la provincia eclesiástica de Madrid, ya cuenta con carta de identidad y el reconocimiento de la Iglesia.

Usera

De ordinario, los fieles chinos que acuden a Santa Rita residen en Madrid, especialmente en el barrio de Usera, donde entre ellos hay más cristianos que en otros lugares. El documento con el que el arzobispado de Madrid reconoce como propia la capellanía china ha tenido en cuenta esta realidad nombrando como subsede de la capellanía la parroquia de Cristo Rey, en el barrio de Usera.

Pero los servicios de los capellanes agustinos recoletos también se han extendido a grupos de chinos residentes en ciiudades como Zaragoza o Toledo. Éstos no cuentan con capellanes en su propia lengua, y no pueden ser atendidos regularmente por los de Madrid. De ahí que sean ellos los que, en ocasiones especiales, se desplacen a Madrid. Es lo que ocurrió en la misa de Navidad de 2011, en la que varios cientos de fieles abarrotaron la cripta parroquial. En este marco incomparable, gracias a los murales espectaculares de Juan Barba, suelen celebrar la eucaristía cada domingo unas 60 personas, casi todas chinas, con el añadido de un pequeño grupo de fieles españoles.

Capellanes

Al tiempo que erigía la capellanía china, el arzobispado de Madrid nombraba el equipo directivo: el coordinador es Juan Gao Hai Chang, de 38 años, sacerdote desde 1997; colaborador suyo es Manuel Piérola Mansoa, español que ha vivido en Taiwan más de 40 años. Los dos son agustinos recoletos pertenecientes a la comunidad de Santa Rita. Juan continúa la labor de sus dos predecesores, Juan María Guo y José Yan, jóvenes sacerdotes que estuvieron al frente de la comunidad china al tiempo que cursaban sus estudios eclesiásticos de especialización.

China

La Orden de Agustinos Recoletos, con más de cuatro siglos de historia, está presente en China desde 1923. Tiene a su cargo la diócesis de Shangqiu-Hezé, en la que 12 de sus 13 sacerdotes son agustinos recoletos. En total, los miembros de la Orden nacidos en aquel país son hoy día 21, y a ellos hay que añadir unas 25 hermanas chinas de la Congregación de Misioneras Agustinas Recoletas.

En China hay entre ocho y doce millones de católicos. La Iglesia vive una situación muy compleja debido al desencuentro entre el Gobierno y el Vaticano. En el gigante asiático conviven, de este modo, dos sectores de la Iglesia católica. Uno semiclandestino, no autorizado por el Gobierno y fiel a Roma; otro, oficial y controlado, desde 1957, por las autoridades de Pekín a través de la Asociación Católica Patriótica.

La libertad religiosa sigue siendo una de las asignaturas pendientes del partido comunista gobernante allí. Aunque se han dado algunos gestos que invitan a la esperanza, siguen las dificultades. El Papa Benedicto XVI ha pedido a los católicos de todo el mundo que recen por la Iglesia en China.