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La iglesia peruana otorga la medalla de oro de Santo Toribio de Mogrovejo a la prelatura de Chota

Este galardón es un reconocimiento que la Iglesia Católica de Perú otorga a personas, comunidades o instituciones que hayan contribuido en forma notable a su desarrollo o beneficio. Este año se ha concedido la Medalla a dos obispos, tres diócesis, una congregación religiosa y un laico. Una de las tres diócesis es la prelatura de Chota, que desde su creación atienden los agustinos recoletos.

La ceremonia de entrega de la Medalla se realizó en el auditorio de la Conferencia Episcopal Peruana bajo la presidencia de monseñor Salvador Piñeiro Calderón, arzobispo de Ayacucho y presidente de la Conferencia. Monseñor Fortunato Pablo Urcey, obispo prelado de Chota, que recibió la medalla junto a los otros dos obispos agustinos recoletos que le precedieron en el servicio pastoral, agradeció en primer lugar a Dios el distintivo, recordando el salmo 117, que cita con profusión en su reciente carta pastoral: Dad gracias al Señor porque es bueno.

También agradeció a los religiosos de la Orden de Agustinos Recoletos, que han trabajado en la Prelatura desde 1940, en circunstancias mucho más difíciles que las actuales, sobre todo en lo que se refiere a medios de comunicación. Dio las gracias, igualmente, a los sacerdotes diocesanos, a los religiosos y a todos los agentes de pastoral. Aprovechó para invitar a todos los obispos de la Conferencia a la celebración central, que tendrá lugar en Chota el próximo 14 de abril. Y terminó pidiendo las oraciones de todos para llevar lo que san Agustín llamaba “el honor y la carga” del episcopado.

Junto a los tres obispos agustinos recoletos, representando a la provincia de San José, estaba fray José Miguel Lerena, prior del teologado de Santa Rita, en Lima. Y, al lado de éste, se encontraban las hermanas Pompeya Portal y Viki Barreda, de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, que tanto han trabajado en Chota.

50 años en Chota

La Prelatura Territorial de Chota, en el departamento de Cajamarca, fue erigida el 7 de abril de 1963 y encomendada desde sus inicios a los agustinos recoletos, más en concreto a la provincia de San José. Sus 50 años de existencia coinciden con los años del Concilio Vaticano II y la renovación postconciliar, de la que esta diócesis andina es un ejemplo excelente.

Puede decirse que esta prelatura, circunscrita a las provincias de Chota y Cutervo, goza ya de mayoría de edad. Sus 360.000 habitantes, repartidos por los 6.800 m2 de territorio andino, son atendidos por 39 sacerdotes diocesanos y seis religiosos, de los cuales cinco son agustinos recoletos; cuentan también con los servicios de cuatro diáconos permanentes y nueve comunidades religiosas femeninas.

Su nota más característica, sin embargo, es la abundancia y madurez de sus catequistas, cuyo número asciende hoy día a unos 2.000. Desde 1973 se viene desarrollando en Chota un intenso e ininterrumpido programa de formación, que hace que sean los catequistas quienes vertebren de verdad esta Iglesia local. Se entiende así que las abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas nacidas en Chota, vengan preferentemente de las familias de los propios catequistas.