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La princesa Letizia vuelve al monasterio de Yuso para reencontrarse con su vocación periodística

No era la primera vez que la comunidad de La Rioja y, más en concreto, el monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla acogía a la princesa. En esta ocasión no sólo era cuestión de dar realce al evento con la presencia una vez más dentro de los muros emilianenses de un miembro de la casa real, sino que se encontraría muy a gusto entre antiguos compañeros profundizando el tema de la comunicación.

Esta actividad viene siendo realizada desde su creación en 1998 por la Fundación San Millán a través de los organismos creados por ella misma para cumplir sus objetivos.

Organizado por las Fundaciones del Español Urgente (Fundéu BBVA) y San Millán de la Cogolla, el seminario examinó durante tres días el nivel lingüístico de los periodistas que trabajan en español.

La preocupación por una vulgarización del lenguaje cada vez mayor en el mundo del periodismo y la formación académica de los profesionales de los medios de comunicación fueron algunas de las cuestiones que se debatieron.

Otros asuntos de discusión de los lexicógrafos, académicos y profesores presentes fueron el futuro del lenguaje periodístico digital y las alarmas en torno a los niveles de zafiedad lingüística de la nueva prensa del corazón.

En la inauguración, además de la princesa Letizia que presidió el acto, participaron los presidentes de La Rioja, Pedro Sanz, y de la Agencia Efe, Álex Grijelmo; el consejero delegado de BBVA, Ángel Cano; el director de la Real Academia Española y presidente de la Fundéu BBVA, Víctor García de la Concha, y el periodista Manuel Vicent, que leyó la lección inaugural.



Monasterio de Yuso.
Un emplazamiento histórico

Son muchas las noticias que a lo largo del año apuntan a San Millán y, más en concreto, al monasterio de Yuso o de abajo. No es cuestión de entrar en demasiados detalles sobre fechas, personas e instituciones que jalonan un recorrido que empalma el pasado con el presente para poder construir un futuro mejor.

Los miembros de la UNESCO, reunidos en Nápoles un 4 de diciembre de 1997 para proclamar ambos monasterios y su entorno como Patrimonio de la Humanidad, sabían muy bien que no se trataba solo de unos edificios emblemáticos, ni siquiera de destacar el lugar de la fijación en un códice ya milenario de una lengua que se hablaba entre el pueblo, sino que apuntan a la continuidad de vida, en este caso, religiosa, en unos lugares muy concretos y documentados a lo largo de casi 1500 años.

Todo nace, así son las cosas del Dios grande y cercano, a partir de un sencillo pastor de Vergegio (Berceo), Millán o Emiliano, que comienza su vida eremítica en las cuevas de Suso y los montes Distercios. Hombres y mujeres de bien se le unen y crean comunidades que terminan por construir entre leyendas populares, aspiraciones monacales y ansias reales (reyes de Nájera-Pamplona), un segundo monasterio en el Valle (abajo o Yuso). La gran Orden benedictina, sin la que no es posible entender Europa, se establece y desarrolla en ambos monasterios una ingente labor a todos los niveles (cultural, religioso, social…). Pero llegan tiempos oscuros para la religión en España. Monasterios, bibliotecas, centros de espiritualidad y lugares emblemáticos pasan en pleno siglo XIX a otras manos o simplemente son abandonados a la desidia del tiempo.

Son más de cuarenta años los que los monasterios de Suso y Yuso permanecen casi totalmente abandonados. Algunos de sus tesoros desaparecen, otros van a parar a museos, casas particulares y bibliotecas dentro y fuera de España o son salvados milagrosamente. En 1878 una congregación religiosa, los recoletos de San Agustín, cuyo carisma, en principio, no está ligado a semejantes estructuras monumentales ni a la investigación cultural, toma posesión del monasterio de Yuso, el único de los dos que en aquel momento era habitable, al menos para atender como pastores a los fieles de San Millán. Pasan los años. Allí se celebra en 1908 un importante capítulo general. En 1948 una nueva provincia religiosa dentro de la Orden de agustinos recoletos establece allí, podríamos decir, su cuartel general para enviar misioneros a tierras de América.

No es fácil el mantenimiento mínimo de la casa. En los años 70, los frailes y un grupo de amigos riojanos fundan la asociación Amigos de San Millán. Se celebra por este tiempo el Milenario de la Lengua con la primera visita de los reyes de España. Con la creación de la comunidad autónoma de La Rioja se intensifican los contactos con el mundo de la política y la cultura. Dos alas del monasterio son cedidas al gobierno riojano para su reestructuración. Pronto va a funcionar en una de ellas un hotel. Más tiempo tendrá que pasar hasta que la otra ala entre en funcionamiento.



En el año 2007 se crea allí definitivamente el CILENGUA (Centro de Investigación sobre la Lengua).
Cuna de la lengua española

En el año 2007 se crea allí definitivamente el CILENGUA (Centro de Investigación sobre la Lengua), aunque ya en años anteriores se llevan a cabo algunas actividades culturales. Ya hemos recordado que en 1997 hay un acontecimiento que marca un antes y un después al hablar de los dos monasterios de San Millán, y es el título de Patrimonio de la Humanidad.

Al año siguiente se crea la Fundación San Millán con la implicación de la casa real, el mundo de la política y la comunidad de los agustinos recoletos. Son muchas las empresas, instituciones, personas concretas, que se adhieren como miembros o colaboradores a esta institución. Poco a poco se van consolidando y rehabilitando los dos monasterios con el consiguiente trabajo de restauración en piedras, muebles, pinturas y libros. El mundo de la cultura, la clase política y la comunidad de agustinos recoletos siguen sumando esfuerzos para proseguir y perfeccionar esta labor emprendida con ilusión hace solo unos pocos años.

La comunidad de agustinos recoletos, aparte de atender pastoralmente a los pueblos del Valle (Berceo, San Millán, Estollo, San Andrés y El Río), realiza una labor encomiable en el estudio y catalogación de sus fondos bibliográficos junto a los especialistas, atiende y organiza las visitas de toda clase de gente que llega al monasterio de Yuso y está en contacto continuo con las autoridades regionales, sobre todo a través de la persona del prior del monasterio, quien es el secretario de la Fundación San Millán.

La comunidad religiosa, aparte de colaborar también económicamente con los demás organismos institucionales, ha llevado a cabo la rehabilitación del antiguo noviciado benedictino y agustino, convirtiéndolo en un acogedor centro de espiritualidad para personas y grupos con ansias de retiro, formación y descanso espiritual. En él se han llevado a cabo importantes reuniones, como el primer encuentro de obispos de la Orden de agustinos recoletos a finales del 2008, así como jornadas de formación, renovación y espiritualidad de la misma Orden y de otros grupos religiosos. Todos salen admirados del ambiente, silencio y calidad de sus instalaciones.

Son aún muchos los pasos que se han de dar en el entorno emilianense: desarrollo de sus poblaciones, rehabilitación total de los monasterios, comunicaciones, eventos culturales y religiosos, turismo…, pero está fuera de duda que cada año que pasa se van sumando nuevos logros e iniciativas para el desarrollo integral de este Valle de San Millán de la Cogolla. Somos testigos de que así lo perciben los miles de visitantes que año tras año se acercan a él por los más diversos motivos.