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Los agustinos recoletos debaten sobre la reestructuración de la Orden

Han sido cinco horas y media diarias de diálogo, de debate, de explicaciones, de presentación de temas, de información, en definitiva de palabras; y muchas ya comienzan a dejar huella en los capitulares. Como el agua que mansamente va cayendo sobre la roca y se va infiltrando, así hay palabras que comienzan a dejar marcas en nuestro corazón, y que esperamos que fecundadas por la acción del Espíritu, traigan para la Orden, nueva vida y renovación.

Hay palabras que llegan al corazón como flechas ardientes, hay palabras vacías que se pierden, palabras que cambian una vida, palabras que son bálsamo para el alma y melodía para los oídos; hay palabras que hieren y palabras que te levantan el ánimo. Palabras que tocan, que llegan y que no vuelven vacías porque producen el fruto esperado, pero hay palabras que sobran, que cansan, que no dicen nada. Hay palabras de doble filo y otras que confortan, que consuelan, que alegran, que comunican, que pacifican el espíritu, palabras llenas de vida; pero sobre todo hay una Palabra que se hizo carne: Jesús, la Palabra encarnada del Padre, primera y última razón del LIV Capítulo General.

Revitalización

Suena a urgencia, a aire fresco, a renovación, suena a autenticidad, suena a recuperar lo esencial de la vida, suena a conversión, a entusiasmo, suena a nuevo ardor, suena a fortaleza, a raíz, a vida. Todo eso junto es el deseo de los capitulares para la Orden, y nuestros trabajos se centran precisamente, en ver cómo lo conseguimos, en ver cómo hacemos para que esa savia nueva circule por la vida de la Orden, por sus comunidades, por sus religiosos, pero también por sus estructuras y organismos.

Reestructuración

A nuevos desafíos, nuevas respuestas; a nuevos problemas, nuevos planteamientos y soluciones creativas. Reestructuración, parecería una palabra mágica capaz de resolver todos los obstáculos y problemas que se nos presentan; pero con el paso de los días nos hemos dado cuenta de que reestructuración en verdad significa mayor unidad, compromiso de todos, camino a seguir, esperanza para la Orden, y grito contenido en el corazón de muchos religiosos agustinos recoletos, que han participado enviando su aportación y sueñan con un mañana mejor.



Una sola alma y un solo corazón es el grito del corazón inquieto de Agustín.
Identidad

Ir al ser, no quedarse por las ramas, profundizar en lo que somos, recuperar nuestros orígenes, volver sobre nosotros mismos, mayor autenticidad, radicalidad en nuestra consagración religiosa, sentido de pertenencia, son expresiones que os ayudarán a entender en qué andamos cuando debatimos el tema de la identidad carismática.

Comunión

Para los agustinos recoletos la comunidad de vida, el trabajo en equipo y en definitiva la comunión, no es apenas un fin a alcanzar sino un camino a seguir en cualquiera que sea nuestro objetivo y proyecto como Orden, mucho más si cabe, en estos momentos de individualismo, de independencia y de autonomía, que vivimos. Una sola alma y un solo corazón es el grito del corazón inquieto de Agustín y tiene que ser el grito de la Orden de Agustinos Recoletos hecho propuesta de vida para una sociedad que necesita amor y que se desintegra por sus divisiones, guerras y enfrentamientos.