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Los agustinos recoletos se desplazan a Leyte para construir comunidad tras el desastre del tifón Haiyán

El tifón Haiyán pasó aniquilándolo todo. Sobre la destrucción y la desgracia de los más, muchos especuladores carroñeros están haciendo negocio. Los recoletos llevan en las Filipinas más de 400 años haciendo justo lo contrario: acompañar, apoyar, consolar, ayudar.

La sensibilidad propia de la Orden los lleva a valorar la comunidad. A agradecerla ‑por ser un don‑, disfrutarla y construirla. Y también a enseñarla, como principal asignatura, en sus centros educativos. Es también el cometido del Prior General, que ejerce sobre los religiosos un ministerio de enseñanza. Y ante todos representa y transmite la comunidad que es la Orden.

Lo que se ve en la foto es un aula donde se está dando clase. Una clase práctica, que enseña contagiando y en la que el profesor es quien más aprende. Se construye la comunidad familiar de los niños que reciben la ayuda (ropa y material escolar sobre todo). Se construye la comunidad educativa, que no se limita a transmitir conocimientos. Y también se construye la comunidad agustino recoleta, porque la comunidad es un ejercicio y siempre dar es la mejor forma de recibir.