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Dos jóvenes españoles van a Chota (Perú) en una de las primeras iniciativas de cooperación de ARCORES

Chota es una pequeña ciudad situada en el norte de Perú en mitad de los Andes, en la región de Cajamarca. A su alrededor hay unas cuantas pequeñas aldeas, de las cuales, muchas no disponen de agua potable y sus habitantes toman el agua directamente de los riachuelos. La ONG Haren Alde Chota, con el Padre Ángel como cabeza de la misma, se ha embarcado en este emocionante proyecto de proveer de agua potable a alguna de estas pequeñas poblaciones. A este lugar han ido Jesús y Miguel dos jóvenes ingenieros con muchas ganas de poner sus conocimientos en práctica en un proyecto tan bonito y solidario. Se trata de una de las primeras iniciativas de cooperación apoyadas por ARCORES, la Red Solidaria Internacional Agustino – Recoleta.

 

Ya han pasado 5 semanas desde la llegada de Jesús y Miguel a Chota y el trabajo con la ONG va cogiendo forma. El trabajo con Haren Alde es de lo más variado y entretenido. Sus horas de oficina, los viajes a la construcción de la red, las reuniones con las juntas vecinales, las visitas a las casas de la comunidad o incluso una fortuita entrevista con radio Santa Mónica han sido en resumen las actividades que ha practicado la ONG para llevar a cabo este bonito proyecto para llevar agua potable esta pequeña comunidad andina de Centro Palma.

Los primeros días en Chota fueron de adaptación, los cambios culturales y de estilo de vida fueron algo que Jesús y Miguel tuvieron que ir aprendiendo y asimilando, así como esa “adaptación estomacal” a esos pequeños bichitos llamados bacterias combinada con la altura del pueblo, unos 2600 metros, que llevaron a estos extranjeros a sufrir la llamada “maldición de Moctezuma” que todo extranjero debe sufrir al llegar a Latinoamérica. Aun así, el equipo de Haren Alde acogió a Jesús y Miguel estupendamente, el cariño y la preocupación de ellos para que los nuevos habitantes de Chota estuvieran cómodos, hicieron que en cuestión de una semana estos dos españoles se sintieran como en casa.

Hablemos primero un poco de Chota, la ONG y de la pequeña comunidad de Centro Palma.

Sobre Chota, Centro Palma y Haren Alde

Chota es una pequeña ciudad, centro de toda una provincia de su mismo nombre, situada en la región de Cajamarca. Enmarcada en mitad de los Andes, al norte del Perú, es una región abrupta y montañosa, plagada de valles y pequeños ríos que conforman un paisaje increíble. Se encuentra un tanto aislada de la actividad propia del país que se desplaza mayormente a la costa, la cual está a unas 6 horas de Chota por carretera. La actividad principal de Chota es la agricultura y las piscifactorías de trucha. La vida es tranquila, propia de una zona rural y alejada del mundanal ruido de la costa del Perú, sus gentes son muy agradables y cercanas y siempre se preocupan para que todo esté bien. Como centro de la provincia, cuenta con todos los servicios básicos para las necesidades de los habitantes de la zona. Su tradición torera está muy arraigada, así como la cría de cuyes (conejo de indias) para adecentar los platos en los festejos.

Alrededor de Chota, en los valles y montañas, crecen infinidad de aldeas y pequeñas comunidades que viven de la agricultura, algunas están bastante alejadas de Chota, debido por las carreteras que son de tierra y con bastantes baches. Una de estas comunidades es Centro Palma. Estas comunidades cuentan con servicios más precarios, entre ellos el acceso del agua, la gestión de sus residuos, entre otra, las cuales hacen que las infecciones y enfermedades se propaguen y se hagan crónicas con facilidad. Así mismo, sumado a esto, las propias comunicaciones por carretera hacen inaccesibles a ciertas zonas, lo cual desfavorece las atenciones primarias de salud y el desarrollo de la región.

La comunidad de Centro Palma, se sitúa en una ladera orientada al este y se extiende por toda ella en un desnivel de unos 1500 metros, está conformada por 105 casitas dispersas (puede haber distancias de 400 metros entre casas), y en mitad de ladera hay un centro vecinal para las reuniones y tomas de decisiones de la comunidad y una escuela infantil. La comunidad se divide por razones geográficas en dos partes, la alta y baja, siendo la baja la más habitada debido a tener un clima más cálido. Sus habitantes son muy humildes y viven de la agricultura y el cultivo de la “papa”, propio de la zona, que se exporta a otras regiones del país. Actualmente cuentan con un sistema de agua antiguo, que ya no funciona bien, debido a las obturaciones de las tuberías y en las propias captaciones de los manantiales. En la parte alta de la comunidad, hay un acuífero que capta el agua de todo el valle que hay encima de él y el agua baja por el acuífero a lo largo de toda la ladera en la que se encuentra la aldea.

En cuanto a los hábitos y las condiciones higiénicas de la población, son precarias, no están del todo concienciados sobre la importancia de hervir el agua no clorada para evitar enfermedades. Además, en la mayoría de las casas los cuyes son criados en la misma cocina, con los riesgos higiénicos que ello supone, y muchos de los tiros de humo de la cocina están obturados. Los residuos son arrojados al campo de forma libre sin ser gestionados.

En este último cuarto de siglo, la ONG Haren Alde, con el padre Ángel Herrán Palacios a la cabeza de esta institución agustiniana, está concienciada de la importancia del acceso al agua potable para todas las personas, y como derecho humano fundamental, es por ello que ha tratado de suplirlo levantando diferentes redes de agua en las comunidades y aldeas de la región. Como ONG perteneciente a la orden de los Agustinos Recoletos, se ha convertido en una institución indispensable para Chota, y es que sus habitantes agradecen toda la obra social y de infraestructura que ha realizado en la región. Pero como todo, nunca es suficiente y se puede mejorar, aún hay mucho por hacer por esta región y es por ello, que sigue trabajando duramente para poder llevar a cabo más proyectos. Uno de estos proyectos en el que actualmente se está trabajando es la red de agua potable de Centro Palma, que va a ser pionera en el sistema por cloración, ya que los antiguos no se llevaban a cabo con cloración y obligaba a los beneficiarios del agua a hervirla para evitar infecciones y enfermedades.

El proyecto

Pues bien, ¿y de que trata el proyecto que Haren Alde Chota está levantando y cómo es el trabajo de estos dos españoles? El grupo de trabajo en la ONG se reparte entre un equipo de enfermeras, ingenieros y un profesor, que juntos llevan a cabo todas las partes que todo buen proyecto en cooperación debe tener. El proyecto consta de 2 redes de distribución de agua potable independientes y bien diferenciadas. Una de ellas para la parte alta, que se alimenta de un pequeño manantial (de 0.3l/s) en ladera que está justo encima de la comunidad. La parte baja, más extensa, cuenta con otra red alimentada por otro manantial, de mayor caudal (como 3 l/s), que está justo debajo de la parte alta y encima de la parte baja. Gracias a las posiciones de estos manantiales, la gravedad hace su trabajo para transportar el agua desde los manantiales a los depósitos de regulación de caudal y desde allí a todas las viviendas por diferentes ramales. En los depósitos a su vez se llevará a cabo la cloración del agua, que irá por goteo. La junta administradora de los servicios de saneamiento (JASS) será la encargada de renovar la mezcla base de cloro cada semana y gestionar toda la red. Los ramales que llevan el agua desde los depósitos a las viviendas, son, por cuestiones geográficas, ramificados y de forma arborescente, donde, cada casa está a desniveles muy grandes y los cambios de cota hacen que las presiones del agua aumenten enormemente, siendo necesarias cámaras de ruptura de presión y tubos rompe carga para volver a poner el agua de la red a presión atmosférica cada intervalo de desnivel.

Jesús y Miguel, junto al ingeniero civil de la ONG, Ronald Fernández se están encargando de todo el diseño y chequeo de la red en cuestión que se desea levantar. Mediante software como Epanet, ArcGis o Autocad Civil 3D, el cálculo de toda la red se está llevando a cabo para que los usuarios cuenten con unos buenos niveles de calidad de agua en cuanto a caudales, presiones y concentraciones de cloro libre. Ya se dice que los nuevos tiempos y la tecnología pueden ahorrarnos muchas horas de trabajo y hacer cálculos más exhaustivos y por ello el ingeniero Ronald está sumando nuevas herramientas como Epanet y ArcGis con la ayuda de Jesús y Miguel para su uso en futuros proyectos de la ONG.

Además, como todo proyecto de esta índole en cooperación, no todo es calcular y construir, una red bien calculada y construida es totalmente inviable si la población que va a beneficiarse de ella no sabe cómo gestionar esa red, y por supuesto, no tiene unos estándares mínimos de higiene para evitar las enfermedades. Por ello, las reuniones con toda la población son necesarias para dar charlas de capacitación en diferentes cuestiones. Por ahora, en las reuniones transcurridas, con el profesor Miguel Vega como representante y gestor de proyectos de la ONG, se ha negociado que los beneficiarios de la propia red son los que aporten la mano de obra no cualificada. También, se han establecido los principios para la formación de la JASS que será la que gestionará la red, la cual será la encargada de operación, mantenimiento y sostenibilidad de los sistemas y por supuesto para la cloración semanal del agua en los depósitos.

Pero para poder clorar el agua y ser consciente de no malgastarla, se necesita primero saber el porqué del uso del cloro, como se hace para mezclarlo con el agua y, como debemos cuidar del agua para no contaminarla. Además, los residuos generados cada día, deben ser acumulados y gestionados para no degradar el medio ambiente. Para ello, ya van dos charlas de capacitación con toda la comunidad y con las JASS en las que las enfermeras de la ONG, Margarita Vásquez y Rocío Núñez, junto con los dos cooperantes españoles, están encargándose de capacitar y concienciar a la comunidad en temas de promoción de la salud y prevención de enfermedades y saneamiento básico. Además de las charlas, los 4 fueron durante dos días visitando casa por casa, para chequear las condiciones higiénicas y sanitarias en las que vive la población y para dar consejos sobre cómo mejorarlas mediante hábitos y construcción de espacios específicos en cada vivienda para diferentes usos.

Pues bien, las obras han comenzado, la población se reparte en diferentes turnos y jornadas para trabajar y el jefe de obra, Don Pedro Díaz dirige los trabajos para que todo vaya bien. La captación en ladera, la línea de conducción y el depósito de la parte alta ya están levantados. Por cierto, bendita línea de conducción complicada, tuvo que levantarse sobre 3 pases aéreos colgada de un cable de acero para poder superar los barrancos enormes que hay en esa zona. Para ello los trabajadores se proveyeron de arneses, cascos, guantes, buenas botas y chalecos para realizar todo de manera segura y no sufrir ningún tipo de accidente. Ahora toca cavar zanjas para meter las tuberías a lo largo de toda la red y llegar a cada vivienda.