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Los Agustinos Recoletos de Venezuela: testimonios de fe y esperanza

Los religiosos agustinos recoletos han continuado con el pueblo venezolano pese a la crisis, que se ha agravado en las últimas semanas. Esto ha hecho modificar su actividad pastoral, pero siempre cercana a la realidad de Venezuela

Venezuela atraviesa una grave situación que ha golpeado los derechos fundamentales de sus habitantes, como la alimentación y la salud. En las últimas semana, esta crisis se ha agravado con numerosos cortes del suministro eléctrico. Las comunidades de frailes agustinos recoletos presentes en el país continúan permaneciendo al lado de su pueblo, viviendo su revitalización y reestructuración desde esta realidad tan compleja y desafiante; están dando testimonio de hombres de fe y de una comunidad viva y abierta, ayudando a todo aquel necesitado.

Eddy Omar Polo, vicario de la Provincia Santo Tomás de Villanueva en Venezuela, señala que son 40 agustinos recoletos los que están en diferentes estados del país atendiendo a nueve comunidades, 15 parroquias, cuatro colegios y una casa de formación. Asimismo, también desempeñan el apoyo social por medio de ARCORES, que les permite la cercanía con el pueblo, fortaleciendo su identidad carismática. «Queremos ser luz y levantar nuestra voz de denuncia ante cualquier hecho que atente contra la vida y los derechos humanos en Venezuela», indica.

Cambios en la vida parroquial

Adelmo Irene Bustamante es uno de los 40 religiosos agustinos recoletos que continúan con el pueblo de Venezuela. Este fraile, natural de Perú, es párroco de la parroquia Santa Rosa de Lima en Maracaibo -estado Zulia-, una localidad de muchos problemas sociales, delincuencia, drogadicción y pobreza. Además, es una de las zonas más afectadas por la crisis venezolana. «La situación del país ha traído como consecuencia realizar cambios a nivel parroquial, como modificar los horarios de las eucaristías por los racionamientos eléctricos y la falta de transporte. Esto obliga a la parroquia a minimizar su apostolado y a tratar de adaptarse a las circunstancias», explica.

La parroquia San Agatón a pesar de la crisis que vive el país, demuestra una raza talentosa, viva y despierta, atributos que se han conservado gracias a la presencia de los frailes agustinos recoletos. El trabajo pastoral se ha organizado en cuatro aspectos importantes como comunidad religiosa: el sentido de comunión, siendo una iglesia participativa; la preocupación por la formación a través de convivencias, talleres, catequesis y grupos de apostolados; la misión, donde mensualmente realizan la evangelización casa por casa en los diferentes sectores de la parroquia, llegando a sus diez comunidades; y la promoción humana y la solidaridad gracias al apoyo de ARCORES.

Cercanos a la dura realidad

El estado Zulia ha sido uno de los más golpeados por las fallas eléctricas. La falta de alimentos, agua, medicinas y combustible ha puesto a prueba la capacidad de sobrevivir de sus ciudadanos. Las altas temperaturas, los saqueos y las dificultades para hacer transacciones por falta de electricidad y efectivo hacen cuesta arriba el día a día en la entidad. Esto ha llevado a los frailes que se encuentran en esta región del país a buscar estrategias pastorales para alimentar la esperanza en el pueblo que se les ha encomendado, un pueblo que no solo busca a Dios, sino también busca ayuda para poder comer, beber, obtener medicinas y para solventar todas las dificultades.

Es difícil escuchar a una persona que te dice ‘padre no he podido asistir a la misa porque tengo 15 días sin bañarme por falta de agua

El agustino recoleto Alfredo Sánchez es actualmente el superior de la comunidad de Maracaibo y párroco de la Iglesia San Onofre, otro de los ministerios agustinos recoletos en la ciudad. Manifestó que como consecuencia de la crisis energética han tenido que adelantar los horarios de las eucaristías y buscar recursos para ayudar a afrontar las necesidades que los ciudadanos están viviendo. «Es difícil escuchar a una persona que te dice ‘padre no he podido asistir a la misa porque tengo 15 días sin bañarme por falta de agua, el agua que me llega es solo para comer’. Es difícil pasar seis días sin tomar agua fría, o personas que vienen a buscar medicamentos y ya se han resignado a morir porque no consiguen sus medicinas», indicó Sánchez.

«Desde la orden estamos dando de lo que podemos dar, cercanos al pueblo, llevando ese mensaje de fe, esperanza y misericordia que como religiosos debemos transmitir», resume Bustamante. Para el vicario en Venezuela, la idea está clara: «Nuestro ministerio sacerdotal, nuestra vida religiosa y fraterna como Agustinos Recoletos se configura en la comunión que tenemos entre cada uno de nosotros, siendo testimonio y testigo de la resurrección de Cristo».