Una palabra amiga

Mirada limpia

El agustino recoleto José Manuel Cambero reflexiona en este artículo sobre la mirada de los jóvenes

Continuamente veo miradas limpias, resplandecientes, sinceras, buscadoras del saber, serenas, tranquilas… Están en las caras de nuestros alumnos y de nuestras alumnas: miras sus ojos y estos sonríen, enfocan la vida de frente, con esperanza.

Soy muy afortunado porque la misión que me han encomendado tiene que ver con la educación. Puedo constatar diariamente esa ansia por saber y crecer, por vivir y soñar, por servir y creer. Las risas, las confidencias entre amigos, el trato amable entre compañeros, preguntar lo que esperan aprender, investigar y buscar en la red aquello que desean comprender… dialogar y pensar… Todo eso es labor de nuestros alumnos. Tengo la suerte de poder verlos en varios de nuestros colegios y constato y confirmo con otros compañeros que tienen mi misma suerte su afabilidad, su inquietud y su mirada limpia.

A veces, en los momentos de bajada, nos preguntamos si los jóvenes están siendo educados correctamente, si estamos acertando en los modos y en el contenido, si estamos siendo capaces de transmitir valores, virtudes… Evangelio vivo. Pensamos, oramos en silencio, creemos saber sin conocer a fondo el mundo que les rodea, porque es su momento de juventud. Incluso existen quienes se piensan eternamente jóvenes, copartícipes de un momento de la historia personal de ellos, creyendo que entienden qué ocurre en su interior.

Descubre su mirada: fíjate en la alegría y en la sinceridad que irradia; en que se sienten seguros en nuestros entornos educativos, tranquilos, serenos, limpios.

Constantemente agradezco a Dios vivir estos continuos días de trabajo rodeado de miradas inquietas, instigadoras de sinceridad, exigentes de verdad, ansiosas de creencias firmes, hambrientas de eternidad.

José Manuel Cambero OAR

#UnaPalabraAmiga