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«San Agustín nos conduce por caminos de comunión»

El Prior general invitó a «volver al corazón» para encontrarse con Cristo, en las celebraciones de la festividad de San Agustín en Bogotá (Colombia).

El Prior general celebró la festividad de San Agustín en Colombia, donde se encuentra realizando la visita de renovación a los religiosos. Precisamente la eucaristía solemne con los frailes -presidida por el obispo de la diócesis de Engativá (Bogotá), Monseñor Francisco Antonio Nieto- supuso el inicio del viaje que le llevará por todo el país hasta el 10 de octubre. Miguel Miró comenzó su homilía dando gracias a Dios «porque Agustín sigue acompañando nuestro encuentro con Cristo y sigue inspirando la revitalización de la Orden». Ese acompañamiento ayuda, dijo, a «percibir la llamada a la unidad de vida y a la coherencia, para crecer humana y espiritualmente».

Asimismo, dejó un mensaje a los agustinos recoletos: «Nos sentimos llamados a volver al corazón para encontrarnos con Cristo y avanzar como Agustín por caminos de conversión y vida evangélica». A este respecto, añadió: «Nosotros no podemos quedarnos como espectadores, se trata de reiniciar el camino de conversión: Hoy necesitamos recorrer el itinerario agustiniano de la conversión». Por último, lanzó un mensaje esperanzador: «Cristo nos infunde su Espíritu y confía en los que hoy formamos esta familia, con su diversidad de vocaciones, experiencias, culturas y lenguas».

Previamente, el Prior general presidió en la Parroquia San Nicolás de Tolentino la eucaristía solemne con el pueblo, que fue retransmitida en directo por el canal Cristovision. Recordando la vida de San Agustín, Miró afirmó que su testimonio «nos conduce por caminos de comunión». Ante todo incidió en la misericordia de Dios, que se manifiesta de forma evidente en la historia del obispo de Hipona. «Agustín confiesa que el Señor es misericordioso», dijo. Esta virtud esencial de Cristo se ve en Las Confesiones, en las que el santo «reconoce sus pecados, pero sobre proclama la misericordia que el Señor ha tenido con él».

Miguel Miró también explicó, como después repetiría, las tres ideas que Santa Mónica inculcó a San Agustín: «Un Dios providente, un Cristo salvador y la Esperanza en la vida eterna». Por otro lado, también hizo referencia a uno de los capítulos más importantes de la vida del padre y doctor de la Iglesia: su conversión. «La conversión de Agustín es una conversión a la Verdad, a Cristo y a su Iglesia», afirmó. En este sentido, incidió en la nueva visión que aporta a las escrituras. Por último, terminó expresando que cuando San Agustín ya no tiene fuerzas, «reconoce que no es perfecto pero se acoge a la misericordia de Dios».