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«Ahora es cuando empieza el Sínodo de la Amazonia»

Los cinco obispos agustinos recoletos que han participado en el Sínodo de la Amazonia valoran positivamente el ambiente de ‘sinodalidad’ de la asamblea.

«Muy interesante». Así valora el obispo agustino recoleto de Bragança (Brasil), Mons. Jesús María Cizaurre, su experiencia en el Sínodo de la Amazonia, en el que ha participado junto a otros cuatro prelados agustinos recoletos. Todo el mundo ha mirado en las últimas semanas a Roma. Allí, obispos de Antillas, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, además de hombre y mujeres indígenas, han renovado su compromiso con la región amazónica estableciendo nuevos caminos para la evangelización y el cuidado del medioambiente.

Aunque la opinión pública se ha centrado en varias decisiones, los obispos agustinos recoletos que han estado presentes en la asamblea invitan a tener una visión amplia. El obispo de Rio Branco (Brasil), Mons. Joaquín Pertíñez, afirma que «el documento final habla por sí de toda la problemática de la Amazonia que se ha presentado en el Sínodo». Lo positivo ha sido que todos los presentes han aireado sus problemas con confianza. «Se ha hablado con libertad, y hasta hemos sido interpelado por el Papa de que estábamos siendo muy diplomáticos», dice Mons. Santiago Sánchez, obispo de Lábrea (Brasil).

El Sínodo ha discutido y decidido posibles soluciones para que la Iglesia se fortalezca en la Amazonia y encabece la defensa del entorno amazónico y su población, que actualmente están en peligro. Una de las principales líneas que la asamblea sinodal, y concretamente el Papa Francisco, han establecido es una renovación de la pastoral. Indica Mons. Javier Pizarro, obispo del vicariato de Trinidad (Colombia), que «una de las frases que más se ventilaron en el aula fue ‘no podemos estar en el Amazonas de visita; tenemos que hacer presencia permanente'». El cómo llevar a cabo esta pastoral de permanencia es ahora el objeto de estudio de los obispos amazónicos: «Con gente preparada, gente evangelizada, gente ‘ordenada'», dice Mons. Pertíñez.

Todos coinciden en lo positivo de la presencia del Papa Francisco; principalmente, en su actitud de escucha. «El Papa fue uno más entre nosotros, con simpatía y con una sonrisa», afirma Mons. Pizarro. El Santo Padre estuvo presente en casi todas las sesiones, animando la labor de los sinodales y tomando nota de las conclusiones que se iban acordando.

La enorme extensión de la región ha sido un inconveniente a la hora de analizar la realidad de las poblaciones amazónicas.  «El Amazonas no solo es el Amazonas de Brasil -explica Mons. Santiago Sánchez-, es el Amazonas de otras naciones; y allí cada uno tiene sus problemas, que son los mismos: la preocupación por el pueblo, la preocupación por la ecología, cómo llegar con nuestra misión y nuestra Iglesia a la población…». 

Frente a los problemas, una solución: la ‘sinodalidad’. Para Mons. Cizaurre, ha sido «el tema que más me ha llamado la atención. «Nos falta mucho para esto en la Iglesia», dice. El obispo de Chachapoyas (Perú), Mons. Emiliano Cisneros, asegura que «tenemos que avanzar en este camino», contando sobre todo con los laicos. Sobre ellos recaen gran parte de las conclusiones de este Sínodo y trabajar desde la ‘sinodalidad’ ayudará a la cohesión y a una imagen de Iglesia unida. 

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