Te contamos

Entregados a la Iglesia, como en 1588

Dos jóvenes agustinos recoletos recibieron en Venezuela y Filipinas la ordenación sacerdotal, en el marco de la celebración del 433º aniversario de la Recolección agustiniana.

La Orden de Agustinos Recoletos cuenta con dos nuevos sacerdotes. Gabriel Finol y Ramon Buslon Bitancor recibieron la ordenación sacerdotal el pasado 4 de diciembre, en la celebración del 433º aniversario de la Recolección agustiniana. Los dos jóvenes desempeñarán su labor a través del ministerio sacerdotal, siguiendo el carisma fundado el 5 de diciembre de 1588. 

Gabriel Finol fue ordenado sacerdote en la parroquia Nuestra Señora de la Consolación de Maracaibo, Venezuela -su lugar de nacimiento-, de manos de Monseñor José Luis Azuaje, Arzobispo de la Arquidiócesis de Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. El joven estuvo acompañado de numerosos religiosos agustinos recoletos, así como de su familia. Con el lema «Contemplar el Corazón de Cristo, abierto y lleno de misericordia», Gabriel Finol se postró en medio del canto de la letanías, para levantarse siendo sacerdote para siempre.

De la misma forma, el filipino Ramon Buslon Bitancor fue ordenado sacerdote en la parroquia Our Lady of Consolation, en Quezon City. La eucaristía fue presidida por el obispo emérito de Novaliches, Monseñor Teodoro C. Bacani, Jr., DD, quien ordenó sacerdote al religioso agustino recoleto. Tras varios años de formación, Ramon ofreció definitivamente todo su ser a Dios al ser consagrado solemnemente al rango presbiteral.

Monseñor Bacani, en su homilía, se dirigió al ordenando: «En el día de su ordenación no es usted solo quien se alegra y celebra, la Iglesia se alegra y celebra», dijo el obispo. También señaló la razón por la que celebramos, que la ordenación es digna de regocijo para la Iglesia. El buen obispo también citó una frase de San Agustín al decir: «Tu ordenación es para ti para ayudarte a acercarte al Señor pero es aún más para la Iglesia, San Agustín lo dijo bellamente, ‘contigo soy cristiano, para ti soy obispo, lo primero es un título de honor, lo segundo un deber…’ cómo nos alegramos por ti, acércate a la Iglesia, para servir no en tu nombre sino para servir al Señor Jesús».

X