Una palabra amiga

Una forma de nacer y de vivir

El autor reflexiona, al hilo de un sport publicitario navideño, sobre el verdadero sentido de la Navidad.

Hace unos días un buen amigo me envió un spot de una marca de ropa, y con ello me recordó el verdadero sentido de la Navidad; no me quiero meter en el contenido exacto de las palabras, o en la imagen de Cristo que presenta. Por raro qué suene y contradictorio que parezca, este año la Publicidad me hizo dar el clic a la navidad.

La navidad va de Cristo, de su cumpleaños. Festejamos el cumpleaños de Jesús, por eso nos reunimos y dejamos todo, paramos nuestra vida para cenar con los que amamos, compramos regalos, e intentamos vivir días especiales, solo por Cristo. ¡Por su cumpleaños!

Pero realmente en navidad lo que nos debería interpelar no son los regalos, las muestras de aprecio. Lo realmente importante de la Navidad es que es un momento de cambio, un parón dónde podemos preguntarnos, con las palabras del Spot: ¿Tú qué quieres celebrar, una fecha, una tradición o una forma de nacer y de vivir?

La navidad nos tiene que interpelar en este nivel, nos tiene que llevar a pensar ¿cómo vivo mi vida?, ¿cómo vivo mi vocación?, ¿cómo sueño el sueño de Dios? La navidad es más que regalos, cenas, es el parangón en el mundo que divide la sociedad entre antes y después del nacimiento de un pequeño niño que nació en Belén.

Esta navidad, querido hermano, me gustaría invitarte a que nos preguntemos ¿Cómo la queremos vivir? Y sobre todo que recordemos que el mundo necesita gente apasionada, gente que busque vivir de una manera diferente. Le pido al Señor que esta Navidad sea un momento para levantarnos del sofá, como nos invita el Papa Francisco, y coger la vida con nuestras manos y celebrar la vida de Cristo, que esta Navidad nos haga mostrarnos cómo testigos del pequeño niño que Nación en Belén; que en el silencio del portalico cojamos fuerzas para vivir de una forma diferente.

Que como dice el spot de Scalpers, que antes dijo Cristo, vivamos de una manera autentica, libre, rebelde. Ojalá este 2022 vivamos la autentica revolución del amor, donde Cristo sea nuestra bandera. ¡Feliz Navidad!

Alfonso J. Davila OAR