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San Ezequiel Moreno en El Aceuchal

En agradecimiento por la curación de un cáncer de garganta, una imagen del agustino recoleto recibe culto en una capilla de este pequeño pueblo de España.

En España más de 277.000 personas sufren cáncer. De esas personas, solo un pequeño grupo alojan ese doloroso padecimiento en la garganta. La familia Pérez (nombre ficticio por petición de los protagonistas) fue una de ellas: en el año 2019, la madre se encontró con la enfermedad, pero también hallaron la compañía de un testigo agustino recoleto.

San Ezequiel Moreno llegó a sus vidas sin llamar a la puerta, como el cáncer, pero este llegó para dar esperanza y consuelo a la familia. Todo comenzó cuando a Loreto le diagnosticaron cáncer de garganta, un cáncer difícil de tratar tuvo que hacer un tratamiento experimental. Lo único que le pedía a Dios era un milagro, por ello comenzaron a visitar una imagen del santo en la parroquia de Santa María Magdalena en Solana de barros, todos los días 19 de mes eran sagrados para la familia. Se reunían para pedir al santo su protección y la salud. La imagen del Santo impactó a la familia por su aspecto humilde, aunque utilizaba la vestimenta propia de un Obispo se le notaba algo especial, tal vez era su dulce rostro, o como mostraba su mano, como si quisiera conducirte a un buen sitio; fuera lo que fuera, la familia quedó enganchada.

Ezequiel, como cariñosamente se refieren al santo, llegó a nuestras vidas y nos las cambió, llegó sin avisar y se volvió parte de nuestra familia. La mirada dulce y amable del santo, su testimonio de vida ayudó a la familia a vivir esos duros meses. Fueron meses de prueba, que por la compañía del Santo fueron más llevaderos; el santo recoleto les ayudó a sentirse consolados y acompañados por Dios. Sentían que el santo los escuchaba y llevaba los mensajes a Dios.

Doña Loreto le prometió al santo que si lograba curarse de la enfermedad le llevaría a Aceuchal, tras el tratamiento experimental se logró la tan esperada curación. La familia cumplió su promesa y llevó una imagen del santo a la Capilla de San Andrés en Aceuchal. Desde ese día acompaña al pueblo, día tras día llegan flores agradeciendo favores a las personas que confían al santo Agustino Recoleto su dura enfermedad.

Para la familia Pérez es un honor poder compartir con su pueblo la cercanía que san Ezequiel les hizo experimentar, por ello son impulsores de este santo Recoleto. Ellos encontraron en San Ezequiel esa sonrisa de Dios, el alivio de saber que los santos y santas de Dios nos acompañan siempre y son intercesores nuestros ante el Padre.

Aceuchal y la familia Pérez hicieron propias las palabras pronunciadas por el Santo un Domingo de Resurrección de 1899: “Nuestra pasión, hijos míos, es perpetua, pero también es perpetua nuestra resurrección. Aleluya. Repitamos esa palabra de triunfo y de alegría. ¡Pasión continua! ¡Luchad siempre! ¿Qué importa? ¡Después de eso viene la Pascua eterna! El aleluya sin fin que deseo a todos”. Hoy el Pueblo de Aceuchal se siente bendecido por Dios por la protección de San Ezequiel.

Por Alfonso J. Dávila OAR

Publicado en el Anuario OAR 2021