Pensamiento del Jul 01

Así como, pues, estos dos ojos que tenemos en la cara, y llamamos luces, aun estando sanos y abiertos, necesitan de la ayuda externa de la luz, así nuestra mente, que es el ojo de nuestra alma, si no es irradiada por la luz y admirablemente ilustrada por Aquel que ilumina y no es iluminado, no podrá llegar a la sabiduría ni a la justicia.

In Ioannis Evangelium Tractatus XXXV, 3.


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