Sal 38: Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.

Is 38, 1-6. 21-22. 7-8: He escuchado tu plegaria y visto tus lágrimas.

Mt 12, 1-8: El Hijo del Hombre es señor del sábado.

Comentarios de san Agustín a las lecturas

Memoria: San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia