Las dos Isabeles
Varias veces nuestra página se ha hecho eco del proceso de canonización de Isabel de la Madre de Dios, monja agustina recoleta fallecida en Calzada de Oropesa (Toledo, España) en 1687. Es la última de las grandes fundadoras de la primera Recolección, al haber dado inicio a dos monasterios dedicados, no por casualidad, al Santísimo Cristo: el de Serradilla (Cáceres), al Cristo de la Victoria; y el último, al Santísimo Cristo de las Misericordias, en Calzada, donde murió y está enterrada. Su proceso de canonización se introdujo en la diócesis de Toledo el 18 de enero de 2008, para conluirse casi dos años más tarde, el 28 de noviembre de 2009.
Hay una segunda Isabel, también monja agustina recoleta, también mística, nacida como la anterior en la aldea de Navalcán (Toledo), que es Isabel de Jesús, tía carnal de la primera. Ambas profesaron en el el convento, hoy desaparecido, de Arenas de San Pedro (Ávila). Y en él falleció Isabel de Jesús el 9 de junio de 1648. Aquí había vivido como religiosa 22 años.
Fama de santidad
En realidad el proceso de Isabel de Jesús se había incoado en 1675, y su fama de santidad había perdurado entre sus paisanos en coplas, obrillas teatrales e incluso en una ermita con su nombre. Pero ha sido ahora, exactamente el 2 de julio de 2011, cuando ha tomado forma canónica, gracias al empeño de las agustinas recoletas del convento de Serradilla, cuya fundación le había sido anunciada por el Señor en una visión.
Apertura de la causa
La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de este convento del Santísimo Cristo de la Victoria. Allí se dieron cita representantes de todas las ramas recoletas: monjas, en primer lugar, venidas de Calzada y de otros puntos de España; un buen grupo de frailes recoletos; varias hermanas de la congregación de Misioneras Agustinas Recoletas; y abundantes devotos del pueblo y de los lugares relacionados con Isabel. Presidía la solemne ceremonia el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez-Magro.
Tras invocar la asistencia del Espíritu Santo, el encargado de las causas de los santos de la Orden, Samson Silloríquez, trazó una brevísima biografía de sor Isabel. A continuación se leyó el documento de la Santa Sede que da vía libre a la apertura del proceso. Y, tras ello, los responsables del mismo, comenzando por el propio obispo, juraron cumplir su cometido con fidelidad y diligencia.
Al obispo Rodríguez-Magro, responsable último, le corresponde promover la causa, cosa que ha hecho con un edicto en el que informa a sus diocesanos y los invita a prestar declaración, aportando cuanto pueda ser de utilidad informativa, sea a favor sea en contra de la causa.