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El Prior General preside en Colombia el capítulo provincial pidiendo “una mirada amplia y más sentido de comunión”

El 1 de noviembre se reunía en el convento de El Desierto de la Candelaria (Ráquira, Boyacá) el capítulo de la provincia colombiana de la Orden. Bajo la presidencia del prior general, Miguel Miró, estaban convocados con él otros 22 religiosos: unos por pertenecer al equipo de gobierno de los últimos cuatro años; la mayor parte, elegidos como delegados por sus propios hermanos de la Provincia.

En su discurso de apertura, el padre General invitaba “a tener una mirada amplia, así como sentido de Provincia, de Orden y de Iglesia”. Apuntaba al mayor problema de la Orden: “el escaso convencimiento de la vitalidad de nuestro carisma”. Y establecía como algo necesario “preparar un proyecto de vida y de misión”.

Concluido el saludo del General, se inicia la fase informativa, en la que el equipo de gobierno saliente da cuenta del estado de la Provincia y su marcha en el último cuatrienio. Después vendrá una fase deliberativa, en la cual los capitulares, distribuidos por comisiones, estudiarán las propuestas recibidas. En un tercer momento estas propuestas deben ser concordadas y aprobadas, configurando así el plan de gobierno del equipo que el propio Capítulo elegirá. La elección del prior provincial para los próximos cuatro años está prevista en torno al 11 de noviembre.

Religiosos jóvenes

Haren Eucaristía inaugural Los límites de esta Provincia de Nuestra Señora de la Candelaria coinciden en líneas generales con los de la República de Colombia. Sólo dos de las 23 comunidades que la forman están fuera, en Chile; y en Colombia viven 103 de sus 113 religiosos.

Cuenta con personal relativamente joven; tiene una media de edad de 47 años. Casi la mitad de sus religiosos (48) se dedican al trabajo parroquial. De ellos ocho (y tres ministerios) son misioneros en el Vicariato Apostólico de Trinidad, departamento de Casanare. Al frente del Vicariato se encuentra, desde el año 2000, monseñor Héctor Javier Pizarro Acevedo, uno de los dos obispos agustinos recoletos de Colombia; el otro es monseñor José Alejandro Castaño Arbeláez, que gobierna la diócesis de Cartago, en el Valle del Cauca.

Colegios y universidad

Pero lo que quizá distingue más a los agustinos recoletos colombianos es su trabajo en el campo educativo. Son siete los colegios de educación secundaria que regentan, con casi 10.000 alumnos. A lo que hay que añadir la Uniagustiniana, un centro universitario que, con 715 inscripciones, comenzaba su andadura hace cinco años y en la actualidad cuenta con casi 6.000. Muy posiblemente es el reto principal que la Provincia afronta.

Reforma americana

Colombia es uno de los dos lugares donde surgió la reforma de los agustinos que ha pasado a la historia con el nombre de Recolección. Los agustinos recoletos nacieron en España el año 1588; y, al otro lado del Atlántico, en lo que entonces se llamaba Nueva Granada, surgieron en 1604. Su primer convento estaba emplazado en el actual departamento de Boyacá, en El Desierto de la Candelaria (Ráquira).

Este histórico convento los agustinos recoletos lo conservan hoy día como un tesoro, y aquí es donde celebran sus actos de comunidad más entrañables. En El Desierto se está celebrando ahora, desde el 1 de noviembre, el 79º Capítulo Provincial de la provincia de Nuestra Señora de la Candelaria.