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La Universidad Complutense “reconstruye la memoria” de Filipinas gracias a los agustinos recoletos

La “Historia General de Filipinas” escrita en el siglo XVIII por el agustino recoleto Juan de la Concepción está considerada por muchos expertos como la mejor historia del archipiélago filipino. La mejor y la más completa debido a los 14 volúmenes que se ocupan de los dos siglos comprendidos entre 1521 y 1760. Más aún, no sólo tiene que ver con Filipinas; también dedica amplios apartados a países vecinos, como China, Formosa o Japón.

El agustino recoleto Juan de la Concepción nació en Madrid en 1724, y en el convento de su ciudad emitió los votos religiosos cuando tenía 16 años. En 1749 salió voluntario para Filipinas, aunque la expedición no llegó a aquellas islas hasta casi cuatro años más tarde. El resto de su vida, hasta 1786, año en el que murió, lo pasó en aquel país, donde fue misionero, profesor e incluso llegó a ser prior provincial.

La “Historia General de Filipinas” no es la única obra de Juan de la Concepción aunque sí la única editada. El religioso jamás la vio en papel porque se publicó póstumamente. Los primeros volúmenes salieron de la imprenta en 1788, dos años después de su muerte. Los tres últimos tomos aparecen en 1792. Hoy los 14 libros que forman la “Historia General de Filipinas” son una pieza destacada del patrimonio cultural filipino y hacen las delicias de bibliófilos e investigadores de todo el mundo.

Identidad

El archipiélago filipino está formado por más de 7.000 islas y es, por cultura e historia, un país occidental que fue colonia española durante casi cuatro siglos. Los agustinos recoletos son una de las cinco órdenes religiosas que, además de llevar el Evangelio al país, también han puesto las bases de la cultura y han configurado su identidad.

Nada tiene de extraño que en los ambientes universitarios, sobre todo españoles, Filipinas sea objeto de estudio, hasta el punto de constituir una especialidad académica denominada “Filipiniana”. En ella la presencia de los agustinos recoletos es constante, mucho más que en otros campos de la cultura o de la historia.