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Los agustinos recoletos trabajan en un itinerario exigente y común para todos sus candidatos en el mundo

El seminario San Ezequiel Moreno de Pozos de Santa Ana (Costa Rica) es una localidad prácticamente unida a la ciudad de San José. Entre el 14 y el 26 de enero un grupo de 37 religiosos procedentes de doce países estudian cómo dar unidad y solidez a la formación de los futuros agustinos recoletos en las 27 casas de formación y las tres casas de acogida repartidas por todo el mundo.

España, Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, México, Estados Unidos y Filipinas acogen actualmente a los 447 jóvenes que quieren ser agustinos recoletos. La mayoría de las vocaciones proceden de Filipinas y América, aunque también hay algunos europeos, chinos e indios. En la primera etapa de formación, el aspirantado, hay 103 candidatos. Un paso más es el postulantado, donde actualmente la Orden acompaña a 205 jóvenes. Después vendrá el noviciado, etapa que están cubriendo 22 religiosos; y por último, el estudio de la Teología como profesos simples, con votos temporales, etapa en la que actualmente se encuentran 117 jóvenes.

Integral

El Secretariado General de Formación es el que ha organizado este encuentro enmarcado en el proceso de revitalización y reestructuración que ha emprendido la Orden. Con estas sesiones de estudio y debate entre los formadores de toda la Orden, pretenden reforzar -desde la comunión y la comunicación- los procesos formativos. El objetivo principal es dar unidad y solidez a la formación agustino recoleta.

Haren En sesión de trabajo Los asistentes al encuentro están trabajando también con las orientaciones de la Iglesia para la formación de los candidatos a la vida religiosa y sacerdotal. “Queremos ofrecer a nuestros formandos una formación integral que desde el carisma agustino recoleto les vaya llevando a un verdadero encuentro con Cristo y les ayude a madurar en su proceso formativo, y les capacite para llevar adelante su misión en la Iglesia”, apunta el presidente del Secretariado, José Ramón Pérez.

El encuentro ha abordado con detalle cuatro grandes asuntos: el acompañamiento personal, el itinerario formativo agustino recoleto, la elaboración del programa de formación propia para cada una de las etapas de la formación inicial (aspirantado, postulantado, noviciado y posnoviciado) y el intercambio de experiencias formativas.

Mensaje del General

El prior general, Miguel Miró, les ha dirigido un mensaje especialmente directo e incisivo en el que insiste en el papel determinante del formador para la revitalización de la Orden. Pone la clave de la renovación en la identidad carismática, sin la cual se corre el riesgo de la disgregación: “Tenemos que tener claro cuál es nuestro norte a seguir. Si este norte es ambiguo, escasamente definido y no es comunicado, cada organismo de la Orden perseguirá su objetivo particular y su visión propia”.

Y en el peligro de la dispersión insiste con expresiones concretas y apremiantes: “Si cada provincia o casa de formación sólo ejecuta lo que entiende son sus prioridades y objetivos, si nos dejamos llevar por personalismos, por los intereses de grupo o nación, si buscamos la condescendencia, si propiciamos la acomodación y el aislamiento en detrimento de la exigencia del carisma común y de la dimensión misionera, será difícil elaborar planes, programas u objetivos comunes a todas las provincias y, lejos de la comunión que necesitamos, estaremos propiciando la dispersión de fuerzas”.

De manera que el mensaje del Prior General se convierte en un manifiesto en pro de la comunión en este campo concreto dentro de la Orden. Miró espera que el encuentro de Costa Rica establezca “un itinerario común exigente que fundamente la unidad personal del religioso”. Y, al tiempo que agradece su trabajo, pone a los formadores ante la realidad concreta de la Orden planteándoles sin ambages una pregunta candente: “¿Qué criterios habría que establecer para la viabilidad de una casa de formación agustino-recoleta?”

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