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Se abre el proceso diocesano para beatificar al padre Jenaro Fernández

En el Palacio Lateranense del Vicariato de Roma el día 13 de junio se celebró la apertura del proceso diocesano para la beatificación del padre Jenaro Fernández Echeverría, agustino recoleto, que murió en Roma el año 1972 con fama de santidad.

Juramento del tribunal

Presidió el acto el Cardenal Camilo Ruini, Vicario General del Santo Padre para la ciudad de Roma. Se inició la Primera Sesión del Proceso con el canto del “Veni Creator Spiritus”. Mons. Gianfranco Bella, Juez Delegado, y los otros miembros del tribunal hicieron juramento de desempeñar fiel y diligentemente el encargo recibido en el proceso sobre la vida y virtudes del padre Jenaro Fernández. El padre Samson Silloríquez, OAR, Postulador de la causa, juró cumplir fielmente el encargo que se le ha confiado. El notario leyó el acta de esta sesión. Al tribunal compete a partir de ahora tomar las declaraciones de los testigos y al notario tomar cuenta de ello.

Discurso del cardenal

A continuación el Cardenal Ruini pronunció un discurso en el que destacó que el deseo de santidad fue el rasgo más constante de la vida del padre Jenaro. “La santidad –dijo el Cardenal Vicario– fue el horizonte de su vida, desde los años de su primera formación hasta su muerte. Sus diarios, cartas y homilías están todas llenas de aspiraciones e invitaciones a la santidad. «Si yo no soy santo, para qué quiero la vida, se preguntaba en julio de 1969, durante una jornada de retiro espiritual»”.



Presidió el acto el Cardenal Camilo Ruini, Vicario General del Santo Padre para la ciudad de Roma..
El Cardenal recordó que el padre Jenaro nació en Dicastillo (Navarra, España) el 19 de enero de 1909, ingresó en los agustinos recoletos y fue ordenado sacerdote en Roma en 1932. En esta ciudad se desarrolló casi toda su vida, compaginó la actividad apostólica y la investigación histórico-jurídica. En el capítulo general del año 1950 fue elegido procurador general de la Orden, luego fue consejero general, vicario general y de nuevo procurador. Fue siempre muy atento en caminar por el surco conciliar y en elevar el nivel espiritual y pastoral de la Orden y de insertarlo en la vida de la Iglesia.

El padre Jenaro fue también consultor de la Congregación de Religiosos y desempeñó otros servicios eclesiales. Dejaba siempre un buen recuerdo en las comunidades que visitaba; su virtud mostraba un sentido sobrenatural, y su equilibrio y su capacidad llevaban serenidad y paz. El 26 de junio de 1972 sufrió un accidente de moto, y el 3 de julio del mismo año entregó su alma al Creador, rodeado del afecto y la oración de devotos y conocidos.

Asistentes



El Prior General y los sobrinos del P. Jenaro junto al nuevo sarcófago de la capilla de la curia general.
El acto de apertura concluyó con el canto de la Salve. Estuvieron presentes en el Palacio Lateranense el prior general, Javier Guerra Ayala, el consejo general y agustinos recoletos del Colegio San Ildefonso y la parroquia de Tre Pini, la fraternidad seglar y fieles de la capilla de Nuestra Señora de la Consolación, agustinos y agustinos descalzos, religiosas y amigos. Vinieron expresamente para este acto el prior provincial de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva, Miguel Ángel Hernández, y el padre Jesús Berdonces, encargado del archivo de la misma provincia. También acudieron sobrinos del padre Jenaro procedentes de España y Argentina.

Biografía en italiano

A todos los que participaron en el acto se les regaló el nuevo libro, recién aparecido, escrito por el padre Ángel Martínez Cuesta y publicado en italiano: “P. Gennaro Fernández. Se non sono santo, per cosa voglio la vita?”. El libro que forma parte de la colección “Cuadernos de Recolección” tiene de 285 páginas y 16 ilustraciones fotográficas a color. Consta de dos partes. La primera tiene por título: “Los fundamentos, 1909-1950” y en tres capítulos trata sobre la infancia y juventud, la formación religiosa y sacerdotal y la investigación histórico-canónica. La segunda parte: “La plenitud, 1950-1972” contiene otros cuatro capítulos: “He amado a mi Orden como a mi madre”, “Al servicio de la vida consagrada”, “Perito Conciliar” y “No quiero salvarme sin vosotros”.

Traslado de los restos

Obtenidos los debidos permisos, el día 12 de junio, con la presencia de varios religiosos, fueron identificados los restos mortales del padre Jenaro que estaban enterrados en el cementerio de Verano y se hicieron los preparativos para su traslado. Al día siguiente, antes de comenzar el acto de apertura del proceso de beatificación, fueron trasladados y depositados en le sarcófago que se ha construido en la capilla Nuestra Señora de la Consolación de la curia general.

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