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La ONG Haren Alde inicia una etapa de modernización en la que impulsará el voluntariado y la acción social

El pasado 2 de marzo, el consejo general dedicó casi toda la jornada a estudiar el funcionamiento de esta ONGd, surgida en España en 1992, y a conocer sus perspectivas y estrategias. Para ello viajó hasta Roma su presidente, Manuel Fernández, quien presentó al consejo un informe sobre la organización.

Dos son las ordenaciones del pasado Capítulo General que se estudiaron con detenimiento y que tienen que ver con la reestructuración de la ONG de la Orden. En la primera el capítulo insiste en la profesionalización de Haren Alde, mientras que la segunda se refiere a la sede central de la organización, que se pide cuente con las instalaciones y los recursos adecuados.

El presidente de la ONG, por su parte, presentó los cuatro objetivos que esta organización se propone: la acción social, el ser un proyecto común de todos los agustinos recoletos, la mayor colaboración con religiosos y laicos y su propia sostenibilidad como organización.

Algo en lo que el consejo general insistió mucho fue en la necesidad de relanzar el voluntariado: primero como modo de organizarse la propia ONG en sus actividades ordinarias; y sobre todo como campo abierto a la solidaridad y a la evangelización.

1.600 niños apadrinados y 64 proyectos en 9 países

Fernández dio cuenta de cómo Haren Alde, a pesar de no ser más que una ONG de tamaño medio, apadrina a más de 1600 niños y ha realizado en los últimos cinco años un total de 64 proyectos en nueve países distintos.

Las áreas de cooperación que privilegia son el desarrollo de los pueblos indígenas, la promoción de la mujer, los planes de salud y medicina preventiva, talleres de profesionales de capacitación, proyectos educativos y culturales y la promoción de cooperativas de desarrollo. Radicada en España, donde cuenta con nueve delegaciones autonómicas, la ONG también tiene presencia en Perú y Brasil, así como en otros países de América y África a través de contrapartes.