Actualidad

Primeras imágenes de las Juventudes Agustino Recoletas de Filipinas presentes en Sídney

La agencia de noticias Philippine Star publicaba el pasado 12 de julio los nombres de los dos agustinos recoletos que dirigen uno de los grupos de jóvenes de la numerosa expedición Filipina. La Conferencia Episcopal del país asiático se muestra muy satisfecha de que los jóvenes de su país hayan acudido en gran número a este encuentro de los jóvenes católicos del mundo con el Papa.

Filipinas, de hecho, es el noveno país con más delegados presentes en Australia (2.500) y el único representante de Asia presente en el “top ten”. Hay que tener en cuenta que en esta jornada participan alrededor de medio millón de jóvenes procedentes de 170 países.

El territorio que más peregrinos moviliza es, como no podía ser de otro modo, el país anfitrión, Australia, con 100.000 jóvenes. Le sigue en número de delegados Estados Unidos con 15.500, Italia con 10.000, Alemania con 6.000, Francia con 5.000, la vecina Nueva Zelanda con 4.200, España con 3.500, Canadá con 3.000 y la ya mencionada Filipinas con la presencia de las Juventudes Agustino Recoletas.

Palabras de Benedicto XVI

Recogemos las primeras palabras que el Papa ha dirigido a los jóvenes congregados en Sídney: “Queridos amigos, la vida no está gobernada por el azar, no es casual. Vuestra existencia personal ha sido querida por Dios, bendecida por él y con un objetivo que se le ha dado. La vida no es una simple sucesión de hechos y experiencias, por útiles que pudieran ser. Es una búsqueda de lo verdadero, bueno y hermoso. Precisamente para lograr esto hacemos nuestras opciones, ejercemos nuestra libertad y en esto, es decir, en la verdad, el bien y la belleza, encontramos felicidad y alegría. No os dejéis engañar por los que ven en vosotros simplemente consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección en sí misma se convierte en bien, la novedad se hace pasar como belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad”.

"Queridos amigos, la creación de Dios es única y es buena. La preocupación por la no violencia, el desarrollo sostenible, la justicia y la paz, el cuidado de nuestro entorno, son de vital importancia para la humanidad. Pero todo esto no se puede comprender prescindiendo de una profunda reflexión sobre la dignidad innata de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, una dignidad otorgada por Dios mismo y, por tanto, inviolable. Nuestro mundo está cansado de la codicia, de la explotación y de la división, del tedio de falsos ídolos y respuestas parciales, y de la pesadumbre de falsas promesas. Nuestro corazón y nuestra mente anhelan una visión de la vida donde reine el amor, donde se compartan los dones, donde se construya la unidad, donde la libertad tenga su propio significado en la verdad, y donde la identidad se encuentre en una comunión respetuosa. Esta es obra del Espíritu Santo. Ésta es la esperanza que ofrece el Evangelio de Jesucristo. Habéis sido recreados en el Bautismo y fortalecidos con los dones del Espíritu en la Confirmación precisamente para dar testimonio de esta realidad. Que sea éste el mensaje que vosotros llevéis al mundo desde Sydney".

 

X